Las tareas de reflotamiento del Costa Concordia semihundido frente a la isla italiana de Giglio en enero han comenzado. Los técnicos llevan semanas preparando el rescate. Un consorcio
italo-estadounidense es el encargado de llevar a cabo la recuperación de un
barco más colosal de la historia.
El rescate se llevará en cuatro fases: la primera consiste en estabilizar
el buque mediante una plataforma marina. Se realizará con una
siere de cajones de aire comprimido. Después vendrá la puesta en posición del
barco. Para ello se utilizarán dos grúas que impulsarán la inercia de los
cajones.
Una vez el barco esté sobre su eje, los compartimientos de ambos
lados se vaciarán de este agua que antes será tratada y purificada para
proteger el medio marino. Después el barco podrá ser remolcado a puerto. Cuando
se complete la retirada del crucero, se limpiará el lecho marino y se replantará la flora, según un
compromiso para minimizar el impacto medioambiental y no perjudicar al turismo
y la economía de la isla.
Treinta y dos personas murieron en ese accidente. El capitán del navío es el principal acusado. Se encuentra en
arresto domiciliario.
Pero a los habitantes de la isla les puede quedar algún recuerdo
del siniestro. La empresa piensa en donar el tobogán grande para divertimento
de los niños de Giglio. El presidente de Costa Cruceros ha confesado que un
niño le dijo que esa rampa de descenso sería muy útil en la isla.
La chimenea con la gran C,
símbolo de Costa también puede ser otro de los símbolos que se queden en el
islote. Pero antes de todo eso hay muchas semanas de trabajo para que todo
vuelva a ser como antes del 13 de enero, aquella noche en que un barco casi
entró en las casas de Giglio y se quedó atrapado en los arrecifes.
Un desafío «titánico»
El consorcio formado por la estadounidense Titan Salvage y la italiana Micoperi ha sido el designado por Costa Cruceros para reflotar de una pieza el Costa Concordia y transportarlo hasta el puerto de Livorno, una vez que se han retirado las más de 2.000 toneladas de combustible del barco. Aunque en un principio se anunció que la operación se completaría en doce meses, la naviera italiana espera recuperar su «diamante blanco» con un impacto mínimo sobre el medio ambiente y el turismo de la zona «antes del invierno», según señaló Foschi. «Nunca se ha intentado un rescate así en el mundo. Es un desafío titánico», remarcó el presidente de Costa Cruceros.
Siete medidas
para que «nunca más» se repita un accidente como el del Costa Concordia:
«Costa aprende humildemente la lección para mejorar aún más la seguridad»,
aseguró Foschi, que en julio abandonará la dirección del grupo al cumplir los
65 años, aunque continuará como presidente y seguirá supervisando todos los
asuntos relacionados con el accidente
del Costa Concordia.
Costa Fascinosa.
El bautismo del Costa Fascinosa, un «icono del Made in Italy» de
290 metros de longitud y capacidad para 3.800 pasajeros construido en Marghera
por los astilleros Fincantieri, fue la ocasión para presentar siete nuevas medidas de
seguridad que ya
incorporan los 15 buques de la flota de Costa Cruceros y que comprenden desde
cambios en la toma de decisiones en el puente de mando a los ejercicios de
salvamento.
Desde el 1 de febrero se informa a cada pasajero de las medidas de seguridad antes
incluso de que el barco abandone el puerto e«invita» por carta a las personas que no hayan realizado el
simulacro de emergencia a participar en otra sesión. Los viajeros disponen además
de una nueva sección en la página web de la compañía con información sobre cómo actuar ante una
emergencia y conocer tanto los datos técnicos del barco como de los capitanes y
oficiales a bordo.
Alerta ante cambios de ruta:
La naviera ha implementado un nuevo sistema de
monitorización en tiempo real de la posición de la nave denominado High Tech Safety Monitoring System
(HT-SMS) que alerta automáticamente de desvíos de la ruta marcada al personal
de tierra.
Costa adopta la política de la CLIA (Cruise Lines International
Association) que insta a un mayor debate durante la planificacióndel viaje,
de manera que el resto de los oficiales del barco participen en la toma de
decisiones.
El acceso al puente de mando, cuya
autorización recaía solo en el comandante de la nave, también se verá
modificado para minimizar posibles distracciones. Además del capitán, la
compañía deberá autorizar expresamente el acceso de cualquier otra persona en
situaciones críticas.
Cambia además la metodología seguida en el puesto de mando con
el objetivo de que las decisiones se tomen de una manera más colegiada, aunque
la última palabra la mantenga el capitán. La naviera ya entrena a
sus oficiales en un centro de Almere (Holanda) para que el capitán no sea la única persona
capacitada para dar órdenes y está promoviendo que su nuevo modelo de gestión
en el puente de mando se reconozca como ley en Italia. Hasta ahora el naufragio
del Costa Concordia se ha atribuido a la navegación imprudente del capitánFrancesco Schettino, en
arresto domiciliario pendiente de juicio acusado de homicidio culposo múltiple,
naufragio y abandono de la nave.
Solo un tercio de los 3.216 supervivientes del Costa Concordia
no han aceptado la indemnización
de la compañía de 14.000 euros y tienen
abiertos procesos judiciales en distintos países, según señaló Foschi para
quien el impacto de estas indemnizaciones será mínimo en las cuentas de la
empresa ya que correrán a cargo de las compañías de seguros.
Costa Pacifica at Helsinki, Finland on August 13, 2012. Photo © Matthew Gledhill
Las reservas de cruceros, que se vieron afectadas también por la
crisis económica, están creciendo un ritmo superior al de 2011, año en el que
alcanzaron los 2.300.000 pasajeros transportados. La compañía prevé abrir nuevos itinerarios para
2013 en Latinoamérica y en Asia, sumando más de 600 cruceros en
todo el mundo, mientras continúa con su programa de expansión de la flota. Ya
ha encargado a los astilleros de Fincantieri la construcción de un nuevo
barco de 132.500 toneladas que estará
listo para entrar en servicio en octubre de 2014 y que tendrá capacidad para
4.928 pasajeros, lo que le convertirá en el mayor buque de cruceros de Italia.