El buque con sus 55.451 Gt. y sus 219 m. de eslora atraco a las 08:00 y zarpo a las 17:00. Construido en los astilleros italianos Fincantieri en el año 1994. Tiene tres buques gemelos iguales a él. Además el buque, al pertenecer a la Holland American, tiene un estilo clásico y de lujo; que distingue a la compañía americana.
Elevator Lobby - Photo © 2010 Joshua Greenfield
Lido Restaurant - Photo © 2010 Joshua Greenfield
Rotterdam Dining Room - Photo © 2010 Joshua Greenfield
Aun al ser un crucero pequeño, este no se libra de los accidentes inesperados; en su viaje inagural en Alaska, se produjo un incendio leve en el puente B y a causa de este no hubo muchos daños.
En 2007 tubo que atracar en San Diego, por un brote de norovirus en 113 pasajeros.
Y en 2007 un borracho liberó el ancla de popa, en aguas internacionales, mientras este se dirigía al puerto de Florida. El buque no sufrio daños estructurales, ya que se encontraba navegando.
En el mes de marzo de este año se celebró el juicio contra el estadounidense acusado de poner en peligro la vida de 1.600 pasajeros soltando el ancla de 18 toneladas de un barco de recreo que cubría la ruta entre México y Florida. Además, lanzó un salvavidas por la borda, haciendo creer a la tripulación que un pasajero había caído al mar.
La del pasado 27 de noviembre sí que fue una noche loca para Rick Ehlert. Después de beberse casi un litro de alcohol de alta gradación, este californiano de 45 años,completamente borracho, inició una traviesa excursión por las entrañas del crucero MS Ryndam que terminó con el crucero varado por un ancla de 18 toneladas y Ehlert durmiendo la mona en el calabozo.
El día del incidente, el protagonista de esta sorprendente historia comenzó a beber a eso de las nueve de la noche. Durante la cena, cuatro vasos de vino. Luego llegaron ocho martini y para terminar, media botella de vodka.
Cuando ya bien entrada la madrugada, la discoteca del barco cerró su barra, Ehlert no entendió que le dejasen a medias, robó una botella de vodka y continuó con la fiesta por los pasillos del crucero, que cubría la ruta entre México y Florida.
Tambaleándose llegó a la sala de acceso restringido donde se encontraba el ancla. Entró, y ahí comenzó su show. Se puso unos guantes de trabajo que encontró en la zona, quitó el seguro y liberó las 18 toneladas de acero del ancla. Todo quedó grabado por las cámaras de seguridad del crucero.
La fechoría de Ehlert podría haber resultado fatal pero, por suerte, el ancla solo llegaba a una profundidad de 600 metros, cuando el crucero navegaba por aguas en las que el fondo marino estaba a más de un kilómetro. Lo que sí provocó fue una reducción de la velocidad y un retrasó en la marcha de unas cuatro horas.
Sin embargo, ahí no terminaron las travesuras de Ehlert, hasta aquella noche un respetado empresario de automoción californiano. Su segunda parada fue la piscina. Allí se encaprichó con un salvavidas. Su idea inicial era guardarlo como recuerdo, pero finalmente lo arrancó de su soporte y lo lanzó por la borda.
Las alarmas de ‘hombre al agua’ comenzaron a sonar y el crucero se paró. Los oficiales del barco corrieron a cubierta pensando que uno de los pasajeros se había caído al océano pacífico, pero se encontraron con Ehlert completamente borracho presumiendo de su fechoría. Eran las 5.45 de la madrugada.
Por curiosidad:
En un intento por evitar que el caso llegara a los tribunales, el empresario californiano escribió una carta de disculpa a la empresa propietaria del crucero y al capitán del mismo en la que explicaba que “solté el ancla porque me intrigaba el mecanismo y cuando empezó a moverse, fui incapaz de pararlo”.
Sin embargo, el caso llegó a la corte de justicia y esta misma semana se ha celebrado el juicio contra Rick Ehlert, demandado por la naviera acusado de poner en peligro a los 1.600 pasajeros del crucero. El juez federal encargado del asunto le ha encontrado culpable y ha condenado a Ehlert a cuatro meses de prisión y a pagar una multa de 7.500 dólares.
FUENTE: Noticias LaInformación
No hay comentarios:
Publicar un comentario