Unos últimos cálculos de Rusia pronosticaban que caerían por la zona del Mar de Coral en Papúa Nueva Guinea.
La noche pasada se pudo observar este aparato en la noche estrellada de Costa Rica.
El transbordador "Discovery" transportó en 1991 este satélite de seis toneladas diseñado para medir los cambios atmosféricos y los efectos de la contaminación, que emprendió su camino de regreso a la Tierra hace seis años.
La NASA sigue la trayectoria del satélite junto con otras agencias espaciales extranjeras e informará sobre el movimiento del objeto espacial a medida que éste se acerque a la Tierra.Los científicos de la agencia espacial calculan que el satélite se despedazará al entrar en la atmósfera y que al menos 26 grandes piezas del ingenio sobrevivirán las altas temperaturas del reingreso y caerán sobre la Tierra.
La probabilidad de que alguno de los restos del satélite de Investigación de la Alta Atmósfera (Uars), que pesa 5.675 kilogramos, alcance a una persona es muy remota, una entre 3.200, señaló hoy la agencia espacial estadounidense.La NASA sigue la trayectoria del satélite junto con otras agencias espaciales extranjeras e informará sobre el movimiento del objeto espacial a medida que éste se acerque a la Tierra.Los científicos de la agencia espacial calculan que el satélite se despedazará al entrar en la atmósfera y que al menos 26 grandes piezas del ingenio sobrevivirán las altas temperaturas del reingreso y caerán sobre la Tierra.
Por el momento, sólo se conoce que el artefacto espacial impactará en las latitudes situadas entre el norte de Canadá y el sur de Sudamérica, un área que incluye la mayor parte del planeta (¡y que incluye a la Argentina!).
Es muy difícil calcular con precisión cuándo llegará a la Tierra un satélite fuera de control. Cualquier pequeño cambio en la hora a la que el satélite reingresa en la atmósfera se traduce en miles de kilómetros de diferencia en cuanto al lugar en el que impactará.
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